Cómo recuperar mi deseo auténtico

¿Dónde se fue mi deseo?

Esa pregunta la escucho a menudo en consulta, sobre todo en hombres gays que sienten que su sexualidad está dormida, apagada o atrapada entre la exigencia, el cansancio o el vacío. En un mundo que nos bombardea con imágenes, cuerpos, sexo disponible y validación exprés, reconectar con el deseo auténtico se convierte en un acto profundamente terapéutico.

Desde la Terapia Gestalt y el enfoque afirmativo LGTBIQ+, recuperar el deseo no es buscar más estimulación, sino volver a la raíz: ¿Qué deseo de verdad, desde mi cuerpo, mi historia y mi momento?


¿Qué apaga el deseo?

Hay muchas razones por las que el deseo se apaga. Algunas tienen que ver con el cuerpo, otras con el alma. Entre las más comunes, especialmente en hombres gays y personas LGTBIQ+, están:

  • La autoexigencia: tener que estar siempre disponibles, rendir, cumplir expectativas.
  • El sexo como validación externa: gustar para valer.
  • Las apps de ligue que convierten el encuentro en un intercambio rápido, a menudo despersonalizado.
  • El trauma, la vergüenza, o la homofobia interiorizada que nos ha enseñado a desconectarnos del placer.
  • El cansancio emocional de vincularnos desde la máscara.

En muchos casos, el deseo no está muerto. Solo se ha escondido para sobrevivir.


Deseo auténtico vs. deseo aprendido

Hay deseos que surgen de la conexión interna: con el cuerpo, con el presente, con lo que realmente me excita o me enciende. Y hay deseos que hemos aprendido a imitar, porque se espera de nosotros que deseemos ciertas cosas, de cierta manera.

Recuperar el deseo auténtico implica distinguir entre lo que me enciende de verdad y lo que repito por inercia.


El cuerpo como brújula

En Terapia Gestalt, el cuerpo no es solo un vehículo: es un lugar de verdad. Si el deseo está dormido, volver al cuerpo es esencial. No para forzarlo, sino para escucharlo.

  • ¿Qué zonas están vivas?
  • ¿Dónde noto tensión, apertura, bloqueo?
  • ¿Cómo se manifiesta el deseo: como impulso, como calor, como necesidad de contacto?

Volver al cuerpo con presencia es el primer paso para dejar de fingir lo que no sentimos y empezar a despertar lo que está en pausa.


El deseo no es una obligación

En el colectivo gay se nos exige mucho: estar activos, disponibles, excitados. Pero el deseo no es constante. Es fluctuante. Es sensible. Y muchas veces, necesita espacio, silencio y seguridad para aparecer.

Recuperarlo también es darte permiso para:

  • No tener deseo durante un tiempo.
  • Explorar qué lo bloquea.
  • Elegir con quién y cómo compartirlo.
  • Separarlo del rendimiento o la obligación.

Un proceso que puedes acompañar

Si sientes que tu deseo está dormido, confuso o distorsionado, puedes pedirme cita. Trabajo desde una mirada afirmativa y corporal, en un espacio seguro donde no tienes que rendir, gustar ni explicarte. Solo estar.

En la terapia afirmativa LGTBIQ+, abordamos el deseo como una parte viva de ti, atravesada por tu historia, tu cuerpo y tu derecho al placer.

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