Peleas en vacaciones: cuando el descanso saca lo que ya dolía

Las vacaciones a veces traen peleas y discusione Para muchas personas, el verano es un momento donde todo se intensifica: emociones, relaciones, roces, discusiones. Lo que supuestamente debería ser tiempo de descanso, a veces se convierte en terreno fértil para el conflicto.

¿Por qué discutimos más en vacaciones? ¿Por qué aparecen tensiones con la familia, la pareja o el grupo de amigos cuando por fin tenemos “tiempo libre”? Desde la Terapia Gestalt, entendemos que el conflicto no surge de la nada, sino que muchas veces destapa lo que estaba latente.

Lo que estalla en verano

Durante el año, muchas emociones quedan encapsuladas por la rutina. Vamos “tirando”, resolviendo lo urgente, pasando por encima de lo que sentimos realmente. Pero las vacaciones interrumpen el piloto automático, y de pronto nos vemos expuestos: a nuestra pareja, a nuestra familia, a nosotros mismos.

Y lo que aparece es:

  • Impaciencia, irritabilidad o desgana.
  • Discusiones por tonterías que esconden heridas más profundas.
  • Sensación de no ser escuchado o respetado.
  • Necesidad de controlar para sentir seguridad.
  • Comparaciones, celos o reproches acumulados.

Estas reacciones no son nuevas. Muchas veces son eco de un conflicto interno que se intensifica cuando dejamos de estar ocupados.

Cuando la exposición emocional supera al descanso

Las vacaciones implican convivencia prolongada con otras personas: pareja, familia, amistades. En especial en el colectivo LGTBIQ+, pasar tiempo con entornos familiares no siempre es fácil. Volver al pueblo, coincidir con personas que no comprenden tu identidad, sentir que “aguantas” más de lo que disfrutas…

Todo esto genera una exposición emocional que a veces no sabemos cómo digerir. Y entonces: discutimos. Proyectamos. Reaccionamos.

Pero no estás fallando. Estás sintiendo.

Lo que las peleas nos muestran

Una discusión mal gestionada puede dañar un vínculo. Pero una discusión bien escuchada puede ser una puerta a algo más profundo.
Puede mostrarte:

  • Tus necesidades no expresadas.
  • Tus límites no defendidos.
  • Tus expectativas no habladas.
  • Tu dolor antiguo que se reabre en el presente.

En Terapia Gestalt, trabajamos con lo que emerge: lo no dicho, lo que se repite, lo que se proyecta. Porque cada conflicto puede ser una oportunidad de comprensión, no solo con el otro, sino contigo.

¿Y si este verano no necesitas estar bien con todos?

Quizá este año las vacaciones no son para complacer a nadie. Quizá no necesitas estar de acuerdo con tu familia en todo, ni aguantar comentarios que te duelen, ni sostener vínculos por compromiso.

Puedes cuidar de ti. Puedes marcar distancia. Puedes parar una discusión sin dejar de amarte.

También puedes darte el permiso de sentir lo que aparezca sin juzgarte. El descanso verdadero empieza cuando dejamos de exigirnos estar siempre bien.

Un espacio para digerir lo vivido

Si estas vacaciones están removiendo más de lo que esperabas, si sientes que hay conflictos que se repiten o emociones que no sabes manejar, la terapia puede ayudarte a darles sentido.
Trabajo desde la Terapia Gestalt, con enfoque corporal, emocional y afirmativo, especialmente orientado a hombres gays y personas LGTBIQ+ que desean acompañarse en procesos personales con más profundidad.

Puedes pedirme cita si sientes que necesitas sostén, perspectiva o simplemente alguien que te escuche sin juicio.

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