La homofobia interiorizada no siempre grita. A veces susurra en silencio: “no vales”, “no deberías ser así”, “nunca te van a querer tal como eres”.
Incluso después de salir del armario, incluso si estás rodeado de personas que te aceptan, esta herida puede seguir viva y afectar directamente a tu autoestima, tus relaciones y tu forma de estar en el mundo.
En terapia afirmativa LGTBIQ+, lo vemos a diario: personas que han logrado aceptarse “racionalmente”, pero que en lo profundo aún sienten vergüenza, miedo al rechazo o necesidad de demostrar constantemente su valor.
¿Qué es la homofobia interiorizada?
La homofobia interiorizada es el conjunto de creencias negativas que absorbimos sobre la orientación sexual o la identidad de género propia, fruto de haber crecido en una sociedad que nos ha enseñado —directa o indirectamente— que ser LGTBIQ+ es menos valioso, menos respetable o incluso algo que hay que esconder.
Estas creencias no siempre se expresan con frases claras. A veces son gestos, reacciones o sensaciones corporales:
- Incómodidad al mostrar afecto en público.
- Sensación de vergüenza tras el sexo.
- Autoexigencia extrema para “compensar” el hecho de ser gay.
- Miedo a expresar vulnerabilidad en una relación.
- Elección inconsciente de vínculos en los que no puedes ser tú.
¿Cómo se vincula con la autoestima?
La autoestima no es solo lo que piensas de ti, sino cómo te habitas, cómo te tratas y cómo te colocas en el mundo.
Cuando la homofobia interiorizada está presente, la autoestima se construye desde un lugar frágil. Siempre necesitas hacer más, gustar más, controlar más. Y cuando eso falla, aparece el castigo interno: “algo debo estar haciendo mal”.
Muchas personas LGTBIQ+, especialmente hombres gays, viven con una sensación de fondo de no estar nunca a la altura. Y eso desgasta.
El cuerpo también lo siente
Desde la Terapia Gestalt, trabajamos con el cuerpo como mapa emocional. Y el cuerpo también guarda estas huellas:
- Rigidez, tensión, dificultad para soltar.
- Bloqueos en el placer o la intimidad.
- Desconexión con el deseo.
- Autocensura en la expresión (gestos, voz, forma de moverse).
El trabajo terapéutico incluye reaprender a habitar el cuerpo con dignidad y placer, sin miedo al juicio.
Sanar la mirada hacia ti
No se trata de culparte por tener esta herida. Se trata de dejar de vivir desde ella.
Sanar la homofobia interiorizada no es un evento puntual, es un proceso de muchas capas. Y empieza cuando dejas de exigirte ser otro para merecer amor, respeto o pertenencia.
Algunas claves del proceso terapéutico:
- Nombrar lo que nunca pudiste decir.
- Revisar qué voces internas siguen operando en ti.
- Poner en duda las exigencias heredadas.
- Recuperar el derecho al deseo, al placer y a la diferencia.
- Reconstruir tu autoestima desde el cuerpo, no desde el deber ser.
Puedes pedirme cita
Si sientes que, aunque “todo está bien”, hay algo dentro de ti que aún te hace sentir menos, puedes pedirme cita.
Trabajo desde la Terapia Gestalt, con una mirada afirmativa y segura para acompañarte en este proceso de reconexión contigo.
Especialmente orientado a hombres gays y personas LGTBIQ+ que quieren dejar atrás la vergüenza y empezar a vivir con más autenticidad.