No gritaste.
Ni lloraste delante de nadie.
No dijiste que te dolía.
No contaste lo que viviste, lo que deseaste, lo que temiste.
Y ahora… eso sigue dentro. Silencioso. Vivo. Esperando espacio.
Muchos hombres gays y personas LGTBIQ+ han aprendido a sobrevivir en silencio.
Desde la Terapia Gestalt y la terapia afirmativa, sabemos que ese silencio también deja heridas.
Y entonces el silencio se convirtió en un refugio… y en una prisión.
Lo que no se dijo no desaparece. Se queda en el cuerpo, en la voz, en las relaciones, en la forma de estar contigo.
En Terapia Gestalt, trabajamos desde el presente, pero sin olvidar tu historia.
Acompaño a muchas personas que están por fin poniendo voz a lo que llevan años callando.
En las sesiones:
Solo hace falta estar.
Y poco a poco, permitirte hablar sin miedo, llorar sin culpa, sentir sin disfraz.
Desde la terapia afirmativa LGTBIQ+, validamos lo vivido, lo sentido y lo callado.
Tu historia merece ser nombrada con respeto. Tu silencio también.
No por el drama ni por el victimismo.
Sino porque cuando lo callas, te sigues quedando solx.
Te mereces compañía también en eso.
Si sientes que hay cosas que nunca pudiste decir, emociones que has tragado durante años, o partes de ti que siguen en silencio, puedes pedirme cita.
Trabajo desde la Terapia Gestalt y la terapia afirmativa LGTBIQ+, ofreciendo un espacio íntimo, seguro y sin juicio, donde hablar… no sea peligroso.
