Las creencias limitantes sobre la autoestima marcan profundamente la forma en que nos vemos y nos relacionamos con nuestro cuerpo. Frases como “Mi cuerpo no es atractivo”, “Nadie me deseará si no soy perfecto” o “Tengo que esconder quién soy para que me quieran” se convierten en mandatos internos que condicionan nuestras relaciones, nuestro deseo y hasta nuestra salud mental.
En hombres gays y en el colectivo LGTBIQ+, estas creencias suelen reforzarse por la presión estética, los estereotipos de belleza y la comparación constante en redes y apps. La terapia Gestalt y la terapia afirmativa ayudan a cuestionar estas voces y abrir un espacio de autoaceptación real.
Son pensamientos rígidos que nos hacen sentir “menos” o “inadecuados”. Suelen formarse en experiencias tempranas de rechazo, críticas familiares, bullying, homofobia o en la exposición constante a modelos de belleza irreales.
Ejemplos frecuentes:
Las creencias limitantes sobre la autoestima generan una relación tensa con uno mismo:
Estas frases muestran cómo la homofobia social y la presión interna pueden convertirse en heridas que se arrastran en silencio.
Desde la terapia Gestalt y la terapia afirmativa, se puede trabajar la relación con el cuerpo y el valor propio a través de:
Las creencias limitantes sobre la autoestima son trampas mentales que nos hacen sentir siempre en falta. Pero cuando empezamos a cuestionarlas y a habitar nuestro cuerpo con ternura, descubrimos que el valor no está en la perfección, sino en la autenticidad.
Si sientes que estas creencias afectan a tu manera de mirarte o de vincularte, la terapia puede ayudarte a transformar tu relación contigo mismo y con tu cuerpo.
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